Desde Redacción : Primitivo Gil, Director.
SANTO DOMINGO, RD – La crisis energética que atraviesa República Dominicana ha alcanzado niveles insostenibles, convirtiendo la gestión de Celso Marranzini al frente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras (CUED) en un verdadero calvario para millones de dominicanos que sufren apagones prolongados y constantes
UNA GESTIÓN MARCADA POR EL FRACASO: Desde que Marranzini asumió sus funciones en el sector eléctrico, las cifras hablan por sí solas del deterioro sistemático del sistema energético nacional. Los datos más recientes revelan una situación alarmante: República Dominicana perdió el 42% de toda la energía producida en 2024, registrando el dato más alto desde 2010.
La situación se agrava cuando se compara con períodos anteriores. Según información oficial, en 2023 la demanda energética aumentó dramáticamente: un 24% en Edesur, 23% en Edenorte y 27% en Edeeste, poniendo una presión considerable sobre las infraestructuras existentes. Sin embargo, las pérdidas del sistema han alcanzado niveles críticos del 60%, muy por encima del 19.1% que establecía el Pacto Eléctrico para 2024.
PROMESAS INCUMPLIDAS Y VISITA PRESIDENCIAL DE EMERGENCIA: La visita sorpresiva del presidente Luis Abinader a Punta Catalina hace apenas días evidencia la desesperación del gobierno ante una crisis que se ha salido de control. Esta central térmica, símbolo de la inversión más grande en la historia del sector eléctrico dominicano, se ha convertido en una fuente constante de problemas operativos.
A pesar de las millonarias inversiones realizadas en infraestructura energética, incluyendo la construcción de Punta Catalina y la apertura al desarrollo de parques eólicos, el sistema continúa colapsando. Las recientes fallas de una de las plantas de Punta Catalina han provocado apagones masivos que fueron protestados con quemas de neumáticos en todo el territorio nacional.
EL CLAMOR POPULAR: «¡FUERA MARRANZINI!»: Las calles dominicanas se han convertido en escenarios de protesta constante. Huelgas y manifestaciones recorren el país exigiendo soluciones inmediatas a una crisis que, según la percepción ciudadana, ya debería estar superada tras las enormes inversiones realizadas.
El malestar popular no distingue sectores políticos. Tanto opositores como oficialistas en el Congreso Nacional han sugerido cambios drásticos en el liderazgo del sector eléctrico, señalando específicamente la gestión de Celso Marranzini como el principal obstáculo para resolver la crisis. Los comerciantes reportan pérdidas millonarias, mientras que el suministro de agua potable también se ve afectado por los constantes cortes energéticos. La situación ha generado un estado de desesperación generalizada que amenaza la estabilidad social del país.
NÚMEROS QUE CONDENAN UNA GESTIÓN
Las estadísticas oficiales muestran un deterioro progresivo:
- 2020: Sistema eléctrico con problemas estructurales heredados
- 2023: Llegada de nuevas autoridades eléctricas bajo Marranzini
- 2024: Pérdidas energéticas alcanzan el 42%, la cifra más alta en 15 años
- 2025: Más de 800,000 conexiones ilegales detectadas
- Pérdidas operativas rondan el 60% vs. meta del 19.1%
PROMESAS VACÍAS Y CREDIBILIDAD EN CRISIS: Mientras Marranzini promete que «para el verano de 2026 no habrá apagones», la realidad cotidiana desmiente cualquier optimismo oficial. Sus constantes llamados a la «paciencia» de la población suenan cada vez más vacíos ante una ciudadanía exhausta y frustrada.
El presidente Abinader enfrenta el mayor desafío de su gestión: decidir entre mantener a un funcionario que se ha convertido en símbolo del fracaso energético o escuchar el clamor popular que exige cambios inmediatos en el liderazgo del sector.