Por: Primitivo Gil desde la redacción TP
SANTO DOMINGO ESTE.- Una profunda radiografía de la evolución democrática dominicana fue presentada ayer por Federico Reynoso, director de Medios de la Presidencia, quien diseccionó con precisión quirúrgica los momentos cruciales que han definido el destino político nacional desde el fin de la dictadura trujillista hasta las realidades del 2025.

La conferencia magistral reveló un país que ha transitado por múltiples metamorfosis políticas, desde los convulsos años posteriores a 1961 hasta el actual escenario de reconfiguración partidaria. Reynoso documentó cómo la República Dominicana navegó entre golpes de Estado, intervenciones militares extranjeras, fraudes electorales y procesos de consolidación democrática que han moldeado su presente institucional.
Los Cimientos de la Transición (1962-1978)
El expositor identificó como momento fundacional las elecciones del 20 de diciembre de 1962, supervisadas por la OEA, que llevaron al poder a Juan Bosch y marcaron el primer experimento democrático serio post-Trujillo. Sin embargo, la resistencia de las élites conservadoras y sectores militares truncó este proceso con el golpe del 25 de septiembre de 1963, apenas siete meses después de iniciado el mandato constitucional.
La Guerra de Abril de 1965 emergió como el episodio más dramático de este período, cuando los constitucionalistas liderados por Francisco Alberto Caamaño demandaron la restauración del orden legal y el retorno de Bosch. La intervención militar estadounidense sofocó esta rebelión popular, instalando un precedente de injerencia externa que condicionaría futuros procesos electorales.
La Era Balaguer: Autoritarismo Electoral (1966-1978)
Reynoso caracterizó los «Doce años de Balaguer» como un período de democracia restringida, donde el control estatal, la represión selectiva y el manejo electoral permitieron la perpetuación en el poder. Las elecciones de 1970 y 1974, boicoteadas por la oposición, evidenciaron la ausencia de competencia real y la consolidación de un sistema pseudo-democrático.
La alternancia de 1978 con la victoria de Antonio Guzmán (PRD) representó la primera transición auténtica del poder en la historia contemporánea dominicana, aunque su mandato culminó trágicamente con su suicidio en 1982, marcando la vulnerabilidad institucional del sistema político emergente.
Consolidación y Crisis del Bipartidismo (1978-1996)
El período Jorge Blanco (1982-1986) estuvo signado por severas crisis económicas y explosiones sociales que debilitaron al PRD. El retorno de Balaguer (1986-1996) incluyó las controvertidas elecciones de 1990 y 1994, esta última sumida en denuncias de fraude que desembocaron en una crisis poselectoral resuelta mediante un acuerdo de recorte del mandato presidencial.
El Ascenso del PLD y la Modernización Política (1996-2020)
Las elecciones de 1996 marcaron un hito con la victoria de Leonel Fernández y el PLD, facilitada por un pacto estratégico con Balaguer. Este triunfo introdujo una nueva generación política y un proyecto de modernización estatal que dominaría las siguientes dos décadas.
La breve restauración del PRD con Hipólito Mejía (2000-2004) estuvo marcada por la crisis bancaria de 2003 y la controvertida reforma constitucional para la reelección, que precipitó su derrota electoral. El retorno de Fernández (2004-2012) y su sucesión por Danilo Medina (2012-2020) consolidaron la hegemonía del PLD, pero también acumularon cuestionamientos por corrupción y clientelismo que erosionaron su base de apoyo.
La Ruptura del 2020 y el Nuevo Ciclo Político
La victoria de Luis Abinader y el PRM en 2020 quebró la dominancia del PLD en un contexto de descrédito institucional y movilización ciudadana. Este triunfo inaugura un nuevo ciclo caracterizado por el combate anticorrupción y la judicialización de casos contra antiguos funcionarios.
El panorama político actual refleja una fragmentación tripartita: PRM en el poder, PLD debilitado, y la Fuerza del Pueblo de Leonel Fernández como principal oposición, configurando un escenario de transición donde la confianza ciudadana permanece como desafío central.
ANÁLISIS
La conferencia de Reynoso revela que la democracia dominicana ha evolucionado desde un autoritarismo disfrazado hacia un sistema competitivo, aunque aún imperfecto. Los patrones históricos muestran que la alternancia del poder, inicialmente excepcional, se ha normalizado, pero persisten vicios como el clientelismo, la corrupción institucionalizada y la debilidad del sistema de partidos. La fragmentación actual del mapa político sugiere que el país se encuentra en una fase de reconfiguración donde ninguna fuerza política goza de hegemonía absoluta, lo que podría favorecer una democracia más plural y competitiva, aunque también más inestable.
RECOMENDACIÓN PARA EL PRM Y LUIS ABINADER
El gobierno del PRM debe capitalizar su posición histórica como fuerza renovadora consolidando reformas institucionales profundas que rompan definitivamente los patrones clientelares heredados. La experiencia histórica demuestra que los gobiernos que han trascendido lo han hecho por su capacidad de modernizar el Estado y generar resultados tangibles para la ciudadanía. Abinader debe evitar la tentación de la perpetuación en el poder que ha caracterizado a sus predecesores, fortaleciendo en cambio la institucionalidad democrática y los mecanismos de transparencia que garanticen la continuidad de las reformas independientemente de quien gobierne. Su legado histórico dependerá de su capacidad para romper los ciclos viciosos del pasado y establecer estándares democráticos duraderos.