Por JUAN LÓPEZ
La inocultable presión que sobre la R. Dominicana (RD) ejerce la gravísima situación
por la que atraviesa la vecina república de Haití, fue la chispa que produjo la histórica
cumbre presidencial, el pasado miércoles 14, con la participación del presidente
Abinader y los ex presidentes Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía.
Como se sabe, la crisis económica, social, política, institucional y humanitaria que
padece Haití, desde hace décadas, se agravó luego del magnicidio contra su
presidente Moises Jovenel (7-7-2021), a partir de lo cual ¡las crisis de gobernabilidad
e institucionalidad reinan en Haití convirtiéndose en un Estado fallido!
El sufrido y empobrecido pueblo haitiano observa, impotente y sin vislumbrar
esperanzas, como las bandas armadas y delincuenciales mediante chantajes,
extorsiones, asesinatos, violaciones, robos, destrucciones y narcotráfico han impuesto
el terror y el aislamiento absoluto de ese país.
Esa deprimente y peligrosa situación por la que atraviesa Haití es una real y
permanente amenaza contra la paz y estabilidad de los países de la región; pero muy
en particular contra la RD, por razones geográficas, históricas, culturales y políticas.
Los diferentes fracasos que en Haití han cosechado los organismos internacionales
(OEA, ONU, BID, BM, FMI, MINUSTAH, CARICOM, etc.) y gobiernos de Estados Unidos
y de los países de la Unión Europea, incluyendo esta última presencia de militares
kenianos y de varios países latinoamericanos, vaticinan terribles desenlaces en Haití
que afectarán, directa e indirectamente, a la RD.
La pacificación y desarme de las bandas ha sido imposible. Por el contrario: los actos
vandálicos y las crisis se han incrementado. ¡Ahora controlan el 90 % del territorio de
la capital, Puerto Príncipe!
Evidentemente, el Consejo Presidencial de Transición, creado el 25 de abril de 2024,
también fracasó. Las contradicciones manifiestas entre sus integrantes y la indolente
actitud y ambiciones de las élites económicas, políticas e intelectuales haitianos son
los principales responsables del desastre que afecta a ese conglomerado humano,
llamado república de Haití.
Por esas evidentes situaciones, la histórica e importante cumbre presidencial fue
correcta, pertinente y prudente, a los fines de que la sociedad dominicana,
representada en esos cuatro líderes, empiece a preparar el escenario y los
mecanismos preventivos ante las consecuencias políticas, sociales y humanas de una
posible guerra civil en Haití.
¡Enhorabuena! Por la histórica cumbre presidencial; “consciente de que la solución de
la crisis haitiana no está en RD”. Esa es la sincera expresión de la inmensa mayoría
del pueblo dominicano al reconocer como necesaria y oportuna dicha cumbre y sus
inmediatas consecuencias:
Convocatoria de los representantes de las clases políticas y de las organizaciones de
la sociedad civil para que, en el seno del Consejo Económico y Social, se identifiquen las acciones preventivas que la RD tiene que implementar ante la cada vez más
complicada crisis que acongoja al pueblo haitiano.